Los Crueles Experimentos en Monos que el ONPRC no Quería que Vieras

El abuso dentro del Centro Nacional de Investigación de Primates de Oregón (Oregon National Primate Research Center, ONPRC) es tanto y tan grotesco que los adjetivos no alcanzan a describir el horror con precisión. Es por eso que, en los últimos 20 años, PETA ha publicado numerosos videos verdaderamente aterradores filmados dentro del ONPRC, como esta filmación nunca antes vista que acabamos de obtener tras una batalla legal.

Les arrebatamos estas imágenes de sus manos crueles y especistas

Después de enterarnos de que una experimentadora del ONPRC había filmado un video en el que los monos recibían "comida chatarra", PETA solicitó estas grabaciones. Pero la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón (OHSU, por sus siglas en inglés), una universidad financiada con fondos públicos que administra el ONPRC, se negó y luchó con uñas y dientes para evitar que las imágenes salieran a la luz.

PETA la demandó. Y ahora podrás ver lo que tus impuestos han financiado.

An infant monkey at the ONPRC, in a cage, looking down, very sad.Fotografía obtenida por PETA a través de FOIA

Elinor Sullivan: atormentadora de monos y jardinera entusiasta

Esta vez, el video está conectado con el laboratorio de Elinor Sullivan, cuyos experimentos implican inseminar macacas japonesas, alimentar a algunas de las embarazadas con comida rica en grasa, separar a los bebés de su madre y asustar deliberadamente a los pequeños. Los experimentadores asesinan a la mayoría -si no a todos- de los jóvenes monos a los 13 meses de edad y estudian su cerebro.

Fotografía obtenida por PETA a través de la Ley de Libertad de Información

Los nuevos videos muestran la prueba del intruso humano (HIT). Aterrorizados, los monos jóvenes son removidos de su "hogar", que incluía a su mamá y/o amigos, llevados a otra habitación y dejados solos en una pequeña jaula desolada y desconocida para ellos. Algunos de los jóvenes monos estaban tan alterados y traumatizados por esta súbita separación que se abalanzaban contra las jaulas. Otros permanecían casi inmóviles, demasiado aterrados para moverse.

Fotografía obtenida por PETA a través de FOIA

Después, una experimentadora hacía gestos amenazantes, tal como un contacto visual prolongado, para determinar si los jóvenes monos podían ser intimidados. Se trata de una especie de versión en vivo del infame experimento Sr. Cara de Papa.

Aparte de su evidente crueldad, los experimentos de Sullivan también tienen tantas fallas desde el punto de vista científico que, según los expertos, esencialmente carecen de sentido. Esto, además de destruir la vida de los monos y despilfarrar el dinero proveniente de los contribuyentes.

La Dra. Lisa Jones-Engel, primatóloga que analizó los videos y la investigación de Sullivan, cree que los experimentos presentan demasiadas variables que no son tenidas en cuenta. Es muy probable que las diferencias de temperamento observadas por Sullivan fueran producidas simplemente por las diferencias en la crianza de los monos y no por los cambios experimentales en la dieta. Para los pequeños monos, el rango de su madre en el grupo tiene un impacto significativo de por vida en su socialización y temperamento. Los monos bebés usados por Sullivan por docenas fueron criados en condiciones sociales y bajo estilos notablemente diversos. Jones-Engel dice que estas variables fundamentales tienen "profundas implicaciones" que hacen que los hallazgos de Sullivan sean totalmente confusos e inútiles.

De todos modos, Sullivan sigue recibiendo dinero público a raudales. La experimentadora, quien ha recibido financiación a través de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) por casi una década, recibió 5.2 millones de dólares provenientes de impuestos de 2011 a 2019.

Sullivan no solo atormenta a monos bebés. En 2010, el mismo año en que publicó un experimento en el que les quitaba el cerebro a los fetos de monos y en el que los monos bebés eran deliberadamente aterrados con el juguete del Sr. Cara de Papa, Sullivan publicó estudios sobre el efecto del ejercicio y la dieta en las hembras adultas. En dichos estudios, los experimentadores les cortaron la cabeza ("decapitaron rápidamente", en el lenguaje eufemístico del laboratorio) a 11 monas adultas y les sacaron el cerebro. Y en otro, Sullivan y sus colegas forzaron a los monos a correr en bandas continuas a velocidades crecientes hasta que colapsaban exhaustos.

En 2018, Sullivan publicó los resultados de un experimento en el que la mitad de los embarazos de las monas terminaron en abortos involuntarios. La razón fue que estos animales, quienes necesitan de una jerarquía claramente definida para desarrollarse de forma adecuada, fueron agrupados con extraños, lo que dio como resultado un "ambiente grupal inestable".

El mismo año publicó un par de experimentos en el que monos de 7 y 14 meses eran asesinados por desangramiento.

Sabemos que Sullivan atormenta monos por dinero. Pero en un obvio intento de hacerla parecer más accesible, su página de la facultad de la OHSU dice que disfruta "la jardinería y jugar con sus perros".

Un historial de abuso

Desde la filmación de nuestra primera investigación encubierta en el ONPRC en el 2000, hemos mantenido la presión sobre esta institución. En 2007, PETA realizó una segunda investigación que puso al descubierto todavía más evidencia de las atrocidades perpetradas contra los monos.

Décadas de sufrimiento documentado

Sullivan no es un caso atípico en lo que se refiere a torturar monos en el ONPRC.

Durante 40 años, su colega Eliot Spindel les ha inyectado nicotina o implantado quirúrgicamente bombas de nicotina en la espalda a monas Rhesus embarazadas para observar los efectos de la droga en sus bebés. En un experimento, inyectó altas dosis de vitamina C a las monas, les sacó los fetos y realizó pruebas invasivas de la "función pulmonar" en ellos antes de asesinarlos y descuartizarlos.

El ONPRC mismo cuenta con varias décadas de incompetencia y crueldad documentadas, según los registros de inspecciones federales obtenidos por PETA. Estos son algunos eventos recientes:

  • A una joven mona se le practicó la eutanasia tras quedar atrapada en tubos de PVC.
  • Un mono no recibió analgésicos después de ser usado en una cirugía experimental.
  • Un joven mono murió después de que trabajadores de la OHSU no se percataron de que estaba atrapado detrás de una jaula.
  • Un mono fue trasladado bruscamente de una jaula a otra y por las heridas que sufrió en la cola durante el traslado tuvieron que amputársela.
  • Una mona, a quien no debían someter a cirugías experimentales, fue sometida a una cesárea y una transferencia de embriones, todo por negligencia, incompetencia y falta de supervisión.

Los experimentadores se han desviado de los protocolos aprobados, exponiendo a los monos a más dolor y angustia. Dos primates fueron quemados por una manta eléctrica que no fue monitoreada adecuadamente. Dos monos fueron hallados inconscientes después de haber recibido la dosis equivocada de insulina y uno de ellos debió ser sometido a eutanasia. Un reporte de inspección señaló que más de la mitad de los monos Rhesus tenía una "significativa" pérdida de pelo, un indicio de que estaban padeciendo una angustia psicológica extrema. Se ha demostrado que los monos en laboratorios prefieren morir de hambre antes que hacerles daño a sus amigos. ¿Qué harías para evitar que los lastimen? Puedes ayudarlos. Los animales no son nuestros para experimentar en ellos y nuestra voz es vital en la lucha por su liberación.

Ciérrenlo.

El año pasado, había 6.435 monos confinados en el ONPRC, convirtiéndolo en uno de los laboratorios de primates más grandes del mundo. La OHSU no tuvo inconveniente en recibir de los NIH 281.377.448 dólares en dinero público para continuar con sus experimentos insensatos. El historial de décadas de incompetencia y permanente crueldad del ONPRC hace imperativo su cierre inmediato y que se canalice este dinero a experimentos de vanguardia, sin animales, que auguran resultados reales para pacientes humanos.

ACTÚA y dile a la OHSU que cierre el ONPRC.

 

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Danny Jacobs, M.D.
Rector
Universidad de Salud y Ciencia de Oregón
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