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Después de saber que las civetas de palma asiáticas sufren cuando son sacadas de sus hogares en la naturaleza, metidas en jaulas estrechas y obligadas a comer cantidades antinaturales de bayas del café para que sus excrementos puedan ser vendidos como kopi luwak, muchas empresas tomaron la decisión compasiva de sacarlo de sus estantes.
Otros, incluidos algunos distribuidores en Japón, optan por continuar beneficiándose del sufrimiento de los animales por un producto novedoso que nadie necesita, a pesar de haber sabido por PETA Asia de la crueldad desenfrenada en la industria.
Investigadores de PETA visitaron granjas de kopi luwak y encontraron una crueldad inquietante en cada una. Las civetas nocturnas, que naturalmente temen a los humanos, estaban confinadas en pequeñas jaulas de alambre sin un lugar oscuro donde dormir y estaban sometidas a un aluvión constante de contacto no deseado con los humanos. Sus jaulas estaban llenas de heces secas, bayas podridas y otras inmundicias, y las civetas jadeaban incesantemente debido al calor. Numerosas civetas exhibían signos de angustia psicológica extrema, que incluían caminar de un lado a otro y morderse a sí mismas. Los investigadores vieron varias con heridas abiertas y sanguinolentas, pero los animales no parecían recibir atención veterinaria. Al menos una parecía estar ciega.
Las civetas eran alimentadas con una dieta poco saludable que consistía en una cantidad excesiva de bayas de café para maximizar las ganancias de las granjas. Muchas estaban perdiendo su pelaje por desnutrición.
En un mensaje a PETA, una empresa afirmó vender solo “café kopi luwak 100 % silvestre y de origen ético”. Los vendedores de kopi luwak comúnmente hacen afirmaciones similares, pero los informantes de la industria dijeron a los investigadores de PETA que sería casi imposible recolectar suficiente excremento de civetas en la naturaleza para producir el café. Un productor admitió que pueden recolectar una pequeña cantidad de granos excretados por civetas libres, mezclarlos con los granos de animales enjaulados y decir engañosamente que el café es “de origen silvestre”. Otro le dijo a un investigador que se hacía pasar por un comprador que él podía etiquetar el café producido por civetas enjauladas como “silvestre”.
Es Hora de Acabar con esta Porquería
El kopi luwak no es una exquisitez, es una vergüenza. No importa en qué país estés o qué garantías hayas recibido, por favor no lo compres ni lo bebas.
PETA les envió a estas empresas evidencias de que el café de civeta “silvestre” es esencialmente una mentira, pero han ignorado las solicitudes de dejar de venderlo. Por favor, insta a que dejen de financiar la crueldad hacia las civetas poniendo fin a la venta de kopi luwak hoy.
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