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Dirigido por la familia Covino, el San Antonio Aquarium es una decadente instalación, donde los vulnerables animales padecen la codicia e incompetencia de los propietarios. Varias especies son lanzadas a una embestida interminable de interacciones con el público, cada una de las cuales pone en peligro la salud de los animales, del personal y de los visitantes, mientras la familia Covino recauda dinero. En julio de 2022, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, por sus siglas en inglés) citó a la instalación por dejar que los animales languidecieran en temperaturas cercanas a los 90 grados después de que fallara el aire acondicionado, exponiendo a muchas especies a temperaturas que excedían los límites reglamentarios. Otra citación mencionó que canguros jóvenes estaban en una oficina del personal junto a cables eléctricos y otros suministros sin tener un recinto especializado, el cual se requiere “para protegerlos de lesiones”.
Este dudoso acuario también encierra a los animales en recintos sorprendentemente minúsculos. Por ejemplo, aunque las pitones de Birmania pueden alcanzar hasta 23 pies de largo, están confinadas en recintos demasiado pequeños para estirarse por completo. Los expertos enfatizan que la necesidad de una serpiente de tener comportamientos naturales, como estirarse por completo, es “esencial y fundamental para la salud y el bienestar de la serpiente”. Arriesgar descaradamente la vida de los animales al usarlos constantemente como accesorios de entretenimiento y luego encerrarlos en recintos inadecuados es un ejemplo atroz de especismo.
El USDA citó previamente al San Antonio Aquarium por varios incidentes en los que lémures en peligro de extinción mordían o arañaban al personal o al público, y descubrió que tres de los seis lémures utilizados en interacciones con el público habían herido a los visitantes. Y empleados del Austin Aquarium, otra instalación propiedad de Covino, le dijeron a un investigador encubierto de PETA que, en el San Antonio Aquarium, un lémur de cola anillada llamado Forest sufrió una lesión grave en la pierna que aparentemente no recibió tratamiento. Según se informa, se le negó atención veterinaria, dejándolo permanentemente deforme. Forest fue enviado al Austin Aquarium, donde él, miembro de una especie muy social, salta sobre tres piernas, y está en confinamiento solitario con un letrero en el recinto que engañosamente dice: “¡Yo soy rescatado!”.
¡Por favor, nunca visites zoológicos de carretera! Diles respetuosamente a los Covino que se concentren en el entretenimiento sin animales y trasladen a los animales del San Antonio Aquarium a instalaciones acreditadas.
Puedes usar la carta sugerida a continuación, pero siempre es más efectivo usar tus propias palabras.