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Los testigos trabajaron en dos negocios de los comerciantes de animales Lynn y Kenneth Kubic, quienes estuvieron criando animales desde 1985: Willards Rodent Factory, un criadero de roedores, y Jurassic Pets LLC, una tienda de mascotas. Los testigos encontraron animales sufriendo en horroroso estado.
Basado en la evidencia de PETA, el departamento de policía de Thornton, de Colorado, emitió una orden de allanamiento a Jurassic Pets el 10 de diciembre de 2014, que les permitió rescatar algunos de los mamíferos, reptiles y anfibios allí. En marzo de 2015, Kenneth y Lynn Kubic y su hijo y gerente de la tienda, Brian Kubic, fueron acusados de 97 cargos de crueldad animal. En abril de 2016, Brian Kubic fue condenado por crueldad animal, y en mayo de 2016, Kenneth Kubic fue condenado por 18 cargos de crueldad animal. En junio de 2016, Lynn Kubic también fue condenada por crueldad animal. Brian Kubic fue sentenciado a cuatro años de libertad condicional y se le ordenó pagar $3 400 de costos y multas, con una posible apelación a su condena. A ambos hombres se les ordenó no trabajar con animales. Lynn Kubic fue sentenciada a un año de libertad condicional y se le ordenó pagar más de $940 en multas y costos.
En julio de 2016, el Departamento de Agricultura de Colorado anunció que rechazó las solicitudes de licencia a Jurassic Pets y ordenó a los Kubic a "parar toda actividad comercial" en sus tiendas en Thornton y Lakewood, en Colorado.
A pesar de contar con amplia evidencia de crueldad persistente y generalizada hacia los animales desde el 2 de octubre de 2014, la oficina del sheriff de Adams County, Colorado, (ACSO) no confiscó ni ayudó a los miles de animales dentro de Willards Rodent Factory.
Mira el video del testigo de la investigación de PETA:
Willards Rodent Factory: el horroroso cobertizo de los Kubic
Los Kubic criaban ratas y ratones en un cobertizo ubicado en su propiedad en el condado de Adams, a apenas unos pocos pasos de su residencia familiar. Miles de roedores, hacinados uno junto a otro en sucios contenedores y comederos metálicos, vivían sobre sus propios desechos de varias semanas dentro del cobertizo durante la investigación de PETA. Los Kubic no emplearon a ninguna persona de tiempo completo para cuidar a los animales. Lynn Kubic afirmó que "no haces el suficiente dinero en esto para... tener a un montón de empleados o pasar un montón de tiempo aquí". Cientos de roedores fueron encontrados moribundos, muertos y en descomposición.
Los contenedores en los que se hallaban los roedores a menudo se inundaban, ahogando a cientos de ratas y ratones. Lynn Kubic, quien admitió que ella no entraría al cobertizo luego de una inundación debido al hedor, lamentó la pérdida de dinero pero nunca el sufrimiento de los animales ahogados.
Los gatos podían deambular libremente dentro y fuera de la "fábrica de roedores", aterrorizando a ratas y ratones abriendo los contenedores en que los roedores se encontraban, defecando sobre ellos y hasta despedazándolos. Ratas y ratones murieron de hambre. Lynn Kubic admitió: "Probablemente pierdo más animales por hambre... que por inundaciones". Los Kubic alimentaban a las ratas y ratones una vez al mes, el alimento se llenaba de moho y se cubría con heces con el correr de las semanas.
Los Kubic privaban a las ratas heridas de atención veterinaria y entonces las asesinaban, agarrándolas de la cola y golpeándolas contra una superficie dura para intentar matarlas. Los Kubic admitieron haber congelado a ratas y ratones vivos hasta matarlos.
Testigos encontraron a una rata gravemente herida, "Miss Rat", a quien le faltaba la mandíbula superior, la nariz y el hocico. Brian Kubic, la única autoridad presente en la instalación ese día, ordenó que Miss Rat fuera lanzada a los gatos que deambulaban libremente, agregando: "No es que me preocupe... es una rata de las digamos 10 000..." La rata fue llevada a un veterinario, quien encontró que padecía "heridas traumáticas" y la liberó de su sufrimiento.
Kenneth Kubic admitió que le disparó a gatos, mientras que Lynn Kubic tomó a gatitos nacidos de esos gatos, y los vendió en la tienda de mascotas de la pareja. Al menos dos gatitos languidecieron sin atención veterinaria eficaz por obviamente graves infecciones respiratorias superiores, y murieron.
A pesar de asegurar que rápidamente rescataría a estos animales tanto tiempo descuidados, la ACSO no intervino, y los animales languidecieron, sufrieron, se ahogaron y murieron, sin poder gozar del alcance de las protecciones de los estatutos anticrueldad de Colorado, que dependen de la ACSO para ser defendidas y cumplidas.
Jurassic Pets: la pequeña tienda del horror
Los Kubic vendieron muchas ratas, ratones y gatitos del cobertizo, así como reptiles y mamíferos criados y/o tenidos en el sótano a través de su mugrienta tienda de mascotas en Thornton, llamada Jurassic Pets, donde los animales estaban amontonados unos sobre otros y hacinados dentro de recintos donde las heces, la carne podrida y los animales muertos se amontonaban durante días.
Al igual que en el cobertizo, los trabajadores también golpearon a ratas y ratones y admitieron haberlos envuelto en bolsas de plástico para tratar de asfixiar a los que sobrevivían a los golpes. Una pequeña rata languideció durante casi 10 minutos, temblando y respirando con dificultad, luego de haber sido golpeada. Un trabajador intentó entonces romperle el cuello.
Veintenas de animales enfermos o heridos languidecían sin atención veterinaria adecuada, a pesar de que los gerentes y Lynn Kubic sabían acerca de su mal estado. Como señaló un trabajador: "Una visita al veterinario costará ciento y algo, ¿vale la pena que gastemos ese dinero para eso?... Somos un negocio... Si tuviéramos que llevar a cada animal que lo necesita al veterinario, no habría razón para venderlos..."
Los testigos encontraron un erizo, desde entonces llamada Ghost, cuyo ojo derecho estaba seco. Lynn Kubic no le brindó atención veterinaria adecuada durante meses, hasta que su ojo se "infectó" tanto que lo "perdió". Ghost fue rescatada y un veterinario oftalmólogo encontró que estuvo tan descuidada que su ojo se degeneró y perdió toda la visión.
Los testigos documentaron evidencia de miles de muertes, entre reptiles, anfibios, mamíferos y peces. Varias veces hubo una gran mortandad de peces en la tienda, y algunos eran ignorados durante tanto tiempo que sus cuerpos se pudrían. Brian Kubic afirmó que era "muy tarde" para muchos reptiles enfermos, y los puso vivos en el congelador, donde sufrieron y murieron lentamente y en agonía.
A los animales de forma rutinaria les negaban agua. Muchos de ellos se apresuraban a beber o permanecían en el agua hasta una hora cuando se las proporcionaban.
Por favor, actúa ahora para que no sufran más animales en manos de los Kubic.
PETA envió los antecedentes penales de las condenas de los Kubic, las declaraciones detalladas de testigos y la evidencia en video y fotográfica al Departamento de Agricultura de EE.UU., que otorga las licencias para las operaciones de los Kubic bajo la Ley de Bienestar Animal (AWA).
Por favor, insta a los funcionarios a que terminen para siempre con esta crueldad sistémica, revocando la licencia AWA de los Kubic.