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Hasta la mitad de los perros obligados a correr la carrera Iditarod de 1000 millas de Alaska en condiciones extremas y peligrosas ni siquiera llegan a la línea de meta: solo durante la carrera del año pasado, casi 250 perros fueron sacados de la pista por agotamiento, enfermedad o lesiones. Y aunque más de 150 perros han muerto en el Iditarod, el Blood Bank of Alaska ha optado por apoyar este evento mortal.
Los perros, que son criados y encadenados al aire libre en todas las condiciones climáticas y son forzados más allá de sus límites para el Iditarod, no son diferentes de los que amamos y con los que compartimos nuestros hogares. Obligarlos a correr por sus vidas para entretener a los humanos es una forma de especismo, una visión supremacista del mundo. Los perros merecen mucho más que una vida de explotación, pero mientras continúe el Iditarod, miles de ellos se verán obligados a padecer la miseria y la privación de necesidades básicas como un refugio adecuado y atención veterinaria.
Casi todas las principales empresas que habían apoyado esta cruel carrera, incluidas Coca-Cola, Wells Fargo, ExxonMobil, Jack Daniel’s y Millennium Hotels and Resorts, han cancelado sus patrocinios.
Exígele a Blood Bank of Alaska que haga lo mismo.