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En la Mt. Hope Auction (“Subasta de la Montaña del Terror”) en Ohio, miles de animales soportan las peores condiciones imaginables, todo para que los codiciosos criadores, comerciantes y zoológicos de carretera puedan embolsarse algo de dinero. Un zorro rojo, al que se le asignó despiadadamente el número 7142 en lugar de darle un nombre, tuvo que compartir un pequeño transportador de plástico con otro zorro mientras sufría de una pierna gravemente rota. En lugar de llevar rápidamente al animal a un hospital veterinario para una cirugía intensiva o posible amputación, los vendedores intentaron subastar al zorro. Cuando los zorros fueron llevados a la puja de la subasta, el subastador afirmó, como si la terrible lesión acabara de ocurrir, que “uno tiene una pierna mala”.
La historia de este zorro es una de miles que son ignoradas o nunca se cuentan, escondidas en la inmundicia de una subasta de pesadilla que se repite tres veces al año. Apilados en jaulas a menudo más pequeñas que sus propios cuerpos y sin siquiera agua para beber, cada individuo tiene una historia que muestra la crueldad de las personas que los condenaron a la “Montaña del Terror”.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. ha citado repetidamente a la “Montaña del Terror” por violaciones de la Ley federal de Bienestar Animal; sin embargo, los comerciantes y zoológicos de carretera siguen regresando. Los animales han sido abandonados hasta morir, emaciados o sufriendo de lesiones o enfermedades evidentes; y todavía, los comerciantes y los zoológicos de carretera siguen regresando. Hace mucho tiempo que debería haberse puesto fin a este atroz ejemplo de especismo ¬–una visión supremacista del mundo–.
Pídele a los comerciantes y dueños de zoológicos de carretera que frecuentan la “Montaña del Terror” que dejen de criar, vender y comprar animales.