En honor a Lolita, dile al Miami Seaquarium que envíe a los delfines a un santuario costero

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El 18 de agosto, 53 años después de haber sido secuestrada en el océano y despojada de su hogar, su familia y su libertad, Lolita murió en el tanque de orcas más pequeño del mundo, en el Miami Seaquarium. Los planes para trasladarla a un santuario costero llegaron demasiado tarde y se le negó hasta un solo minuto de libertad para sumergirse en las profundidades y sentir las corrientes del océano. Si bien para Lolita es demasiado tarde, para los delfines que todavía sufren en el parque marino no lo es.

En sus hogares naturales, los delfines nadan hasta 60 millas por día, se sumergen a una profundidad de hasta 3000 pies y mantienen relaciones dinámicas. Mantenerlos en tanques diminutos y obligarlos a actuar son manifestaciones de especismo (una visión supremacista del mundo) que debe terminar. Si bien los planes para trasladar a la orca Lolita a un santuario costero llegaron demasiado tarde, no es demasiado tarde para los animales sobrevivientes que aún sufren en el parque.

Firma la petición a continuación para pedirle a The Dolphin Company, propietaria del Miami Seaquarium, que libere los delfines que aún están en las instalaciones, en un santuario costero. Luego envía un correo electrónico respetuoso a su director ejecutivo:

Eduardo Albor
Director Ejecutivo
The Dolphin Company
[email protected]

Daniella Levine
Cava
Miami-Dade County

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