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PETA ha descubierto que la experimentadora de la Universidad de Harvard, Margaret Livingstone, infame por coser los párpados de monos bebés durante hasta un año, ha caído a nuevas profundidades de crueldad anteriormente consideradas imposibles y necesitamos tu ayuda para detenerla.
En su último experimento, Livingstone arrebata monos recién nacidos a sus madres y los obliga a usar gafas que confunden su visión al crear un efecto estroboscópico y desorientador. Esta es la única realidad que conocen durante el primer año, o más, de sus vidas.
PETA le pide a la Iniciativa BRAIN de los Institutos Nacionales de Salud que detenga de inmediato estos y otros experimentos relacionados realizados por Livingstone, que financia con más de $2 millones de los contribuyentes. PETA también solicita la intervención del expresidente Barack Obama, ya que su administración lanzó la Iniciativa BRAIN.
Pero el poder de tu voz es imperativo.
Figure 1 in Triggers for Mother Love | Margaret S. Livingstone | CC BY-NC-ND
Esta foto, tomada en el laboratorio de Livingstone, aparece en una publicación en la que ella reconoce que las madres monos se angustian cuando les roban a sus crías.
Gafas de tristeza
Livingstone reveló orgullosamente los detalles de su experimento en una reciente reunión de la Sociedad para la Neurociencia. Después de arrancar a los monos bebés a sus madres, Livingstone los obliga a usar cascos y gafas especialmente diseñados con obturadores incorporados que bloquean repetidamente su visión. Los obturadores se abren y cierran rápidamente, sumergiendo a los bebés en la oscuridad una y otra vez.
Las gafas crean un efecto similar a una luz estroboscópica. Por cada segundo, los monos bebés solo ven 0.2 segundos de luz, seguidos por 0.8 segundos de oscuridad. Una y otra vez, durante un año y medio.
Una vez que los experimentadores están satisfechos con su tormento, someten a los monos a pruebas adicionales para evaluar el alcance del daño infligido en sus cerebros.
Destellando entre desquiciado y desquiciado
Margaret Livingstone tiene una seria obsesión por lastimar a los monos bebés, y ha hecho una carrera de 40 años atormentándolos. En otros experimentos realizados en Harvard, Livingstone ha secuestrado monos recién nacidos de sus madres (una vez más) y les ha cosido los ojos para ver hasta qué punto puede dañar su desarrollo cerebral y visual.
Oye Marge, ¿qué te hicieron los monos bebé?
Livingstone parece inspirarse para sus experimentos en el trabajo aterrador de Harry Harlow, otro experimentador que albergaba una presunta venganza personal contra los monos bebés. Harlow es más conocido por inventar un dispositivo de tortura que él mismo llamó el “pozo de la desesperación”, diseñado para sumir a los monos huérfanos en la depresión de la manera más rápida y eficiente posible. Las gafas de aflicción de Livingstone harían que su predecesora, y nadie más, se sintiera orgullosa.
Ni un destello de relevancia
El último experimento de Livingstone pretende estudiar cómo las experiencias tempranas en la infancia alteran el desarrollo cerebral y visual. Pero debido a que su experimento no puede comenzar a imitar situaciones reales complejas, este tormento solo logra hacerles daño a los monos y desperdiciar el dinero de los contribuyentes.
Por favor, súmate y actúa para pedirle a la Iniciativa BRAIN de los Institutos Nacionales de Salud que detengan estos experimentos inútiles.