Dile a Aya Katz que el chimpancé Bow merece algo mejor

Cuando el chimpancé Bow tenía solo un mes, lo separaron de su madre y lo obligaron a vivir con Aya Katz en Missouri. Desde entonces, Katz ha mantenido a Bow en su casa completamente solo y en un corral al aire libre, durante toda su vida. Nunca ha sabido lo que significa ser un chimpancé macho: alguien que se vincula con su madre de por vida, asciende en una compleja jerarquía política y protege a un grupo con docenas de miembros junto con sus hermanos, tíos y primos.

Los chimpancés son extremadamente sociables y pueden sufrir soledad severa y angustia psicológica cuando se los mantiene aislados de otros chimpancés. Sin embargo, muestran una increíble resiliencia y, a pesar de provenir de condiciones de privación similares al entorno de Bow, chimpancés que antes estaban en situaciones de aislamiento y propiedad privada han prosperado en santuarios acreditados, donde tienen oportunidades de elegir a sus amigos.

Katz no solo obliga a Bow a vivir en una jaula inhóspita sin la compañía de ningún otro chimpancé, sino que también viola deliberadamente la ley federal. Aunque la Ley de Bienestar Animal exige que los expositores en línea cuenten con una licencia federal del Departamento de Agricultura de EE. UU. para que las inspecciones de rutina puedan ayudar a asegurar el bienestar de los animales exhibidos al público, Katz se ha negado a obtener una licencia o permitir que las autoridades federales inspeccionen a Bow y las condiciones en las que vive.

Por favor, pídele a Katz que haga lo mejor para Bow y trabaje con la North American Primate Sanctuary Alliance para encontrar un santuario acreditado que pueda darle la oportunidad de socializar con otros chimpancés, correr y jugar en hábitats naturalistas, y tener la libertad de ser simplemente un chimpancé, no un accesorio lucrativo que Katz pueda explotar en línea.

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