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Cada año, decenas de millones de dólares de nuestros impuestos son despilfarrados en experimentos crueles en ratones para estudiar una condición conocida como sepsis (una reacción seria a una infección severa) a pesar de que estos experimentos han probado científicamente ser completamente inútiles para comprender la condición en humanos.
Experimentadores en la Universidad de Pittsburgh perforaron los intestinos de ratones para inducir sepsis, causándoles sufrimiento a los animales y provocándoles muertes dolorosas.
En laboratorios de todo el país, los experimentadores animales utilizan ratones pequeños y vulnerables en experimentos de sepsis que son dolorosos y mortales. Para inducir esta condición, los experimentadores utilizan varios métodos, extraordinarios por su crueldad:
- Perforan los intestinos de los animales mira cómo realizan este doloroso procedimiento para que la materia fecal y la bacteria acompañante se filtre en sus estómagos.
- Cosen a los ratones juntos a lo largo de sus cuerpos y les inyectan toxinas.
- Inyectan heces de un ratón en la cavidad abdominal de otro.
- Insertan un stent en el colon de los animales para que la materia fecal se filtre continuamente en sus cuerpos.
- Empujan tubos gruesos de gavage por las gargantas de los ratones y bombean bacterias nocivas en sus estómagos.
- Presionan una solución de bacterias en las fosas nasales de los animales.
Journal of Visualized Experiments
El cruel procedimiento que se muestra en el video de arriba, en el que dos ratones son unidos quirúrgicamente para compartir el torrente sanguíneo, se realizó en la Universidad de California–Los Ángeles. Los ratones que padecieron esta pesadilla quedaron con poco o ningún control de sus movimientos y probablemente experimentaron miedo y ansiedad a raíz de ello. Se realiza un procedimiento similar en ratones en experimentos de sepsis.
Una vez inducida la sepsis, los animales son condenados a una muerte horrible. Mientras la infección se apodera de sus cuerpos, los ratones padecen lo siguiente:
- Letargo y desorientación
- Dolor en el cuerpo, siendo peor en el abdomen
- Fiebre, escalofríos y diarrea
- Dificultad para respirar
- Shock séptico cuando la infección llega al torrente sanguíneo y la presión arterial cae en picada
- Falla multiorgánica
Los ratones finalmente terminan tan enfermos que no pueden moverse.
Estos experimentos no son solo crueles sino totalmente inútiles. En 2013, un a estudio trascendental que llevó una década completar y que involucró a docenas de investigadores de instituciones de todo el país reveló que los resultados de experimentos de sepsis hechos en ratones NUNCA PUEDEN ser aplicados a humanos porque las respuestas genéticas respectivas a la sepsis en las dos especies son completamente diferentes. El estudio fue tan impactante que el jefe de los Institutos Nacionales de la Salud, el mayor financiador público de experimentos biomédicos, hizo un comentario al respecto.
El exdirector Francis Collins escribió: “No es de extrañar que los medicamentos diseñados para ratones fallaran en los humanos: ¡de hecho, estaban tratando diferentes afecciones!”. Collins señaló que 150 drogas trataron exitosamente la sepsis en ratones, pero todas ellas fallaron en pruebas clínicas en humanos.
A pesar de todo esto, NIH está actualmente gastando los dólares de nuestros impuestos (más de $120 millones solamente en 2018) en experimentos de sepsis en ratones. Pese a que ha estado financiando mala ciencia, un informe de 2015 emitido por un grupo de trabajo de expertos en investigación, de grupos de industrias, académicos y del gobierno, identificaron varios métodos de avanzada que podrían usarse en vez de "modelos" con animales que fallan para estudiar la sepsis, incluyendo cultivos celulares in vitro, cultivos de células tridimensionales para explorar la progresión de la condición en humanos, e información genómica para descubrir cómo la sepsis afecta a los individuos de forma diferente.
Por favor, defiende a los ratones indefensos instando a NIH a que deje de financiar experimentos crueles e inútiles de sepsis en ratones y otros animales.
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