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Después de enterarse de que el gobierno de Namibia ya ha asesinado a más de 150 animales silvestres y tiene la intención de matar a 700 más, entre ellos 83 elefantes, 30 hipopótamos y 300 cebras, PETA ha expresado su oposición a esta cruel propuesta en una carta dirigida a la Primera Ministra Saara Kuugongelwa-Amadhila de Namibia.
La realidad detrás del plan de matanza de Namibia
El plan del gobierno de matar a más de 700 animales silvestres es un enfoque erróneo para enfrentar problemas complejos como la sequía y los conflictos entre humanos y animales silvestres. El país afirma que la matanza proporcionará carne para su población hambrienta debido a la sequía en curso. Sin embargo, este plan no solo es cruel, sino también peligrosamente limitado en su visión y no resolverá los problemas complejos a largo plazo. Además, los animales silvestres de Namibia, que viven en los parques nacionales, dependen de fuentes de agua completamente diferentes a las usadas por los humanos y la industria de la ganadería, lo que invalida cualquier afirmación de que compiten por los recursos de agua.
Los riesgos de desollar y consumir animales silvestres trascienden las fronteras de Namibia. El SARS, el VIH, el Ébola y la reciente pandemia de COVID-19 son todos recuerdos contundentes de los peligros de las enfermedades zoonóticas, que pueden transmitirse de los animales a los humanos. El plan de Namibia no solo pone en riesgo a su propia población, sino que también amenaza la salud pública mundial al aumentar la probabilidad de una nueva pandemia.
Motivos ocultos y consecuencias a largo plazo
Dado que el plan muestra una visión tan limitada, surgen sospechas de que la matanza puede estar motivada por razones distintas a simplemente alimentar a los hambrientos. Los informes sugieren que se está permitiendo a los cazadores de trofeos matar a algunos de estos animales a cambio de una tarifa, lo que genera preocupaciones de que el lucro pueda ser un factor impulsor detrás de estos crueles planes.
Las consecuencias ecológicas de esta masacre podrían ser devastadoras. Los elefantes, por ejemplo, son animales altamente inteligentes con estructuras sociales complejas. La matanza de incluso unos pocos elefantes podría desestabilizar manadas enteras, causando un aumento de la mortalidad entre los sobrevivientes y conflictos más frecuentes y peligrosos entre humanos y animales.
Un llamado a soluciones compasivas
En lugar de recurrir a la cruel matanza de animales silvestres, es crucial encontrar soluciones sostenibles a largo plazo. La sequía actual y la catástrofe climática son asuntos de preocupación mundial, y PETA le ha pedido a Namibia que colabore con organizaciones internacionales en el desarrollo de estrategias que aborden los problemas subyacentes sin recurrir a la violencia contra los animales.
Por favor, firma a continuación para pedirle al gobierno de Namibia que reconsidere sus crueles planes y abandone la propuesta de matanza.