Promesas rotas, cuerpos rotos: Las Ivy League fallan en descartar las pruebas en animales

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Por mucho tiempo, las universidades de la Ivy League se han promocionado como instituciones de élite con altos estándares de investigación, pero hay un gran problema: todas someten a animales a experimentos espantosos, mortales e inútiles.

Aun así, durante décadas, estas universidades han proclamado su compromiso de “reemplazar, reducir y refinar” el uso de animales en experimentos, lo que se conoce como el principio de las 3R, mientras dañan el cerebro de cerdos, perforan las mandíbulas a conejos y mucho más, en silencio.

Un experimentador de Columbia implantó quirúrgicamente tubos de metal en los cráneos de monas para inducir estrés, supuestamente para estudiar el estrés y el ciclo menstrual.

PETA desafía a las ocho universidades de la Ivy League de EE. UU.: demuestren su compromiso, porque parece no haber evidencia de que sea real.

Exigimos que revelen su plan.

Solo en 2024, las universidades de la Ivy League, en conjunto, devoraron más de MIL MILLONES DE DÓLARES de fondos provenientes de los Institutos Nacionales de Salud para experimentos en animales. Los contribuyentes tienen derecho a saber si estas universidades están siendo honestas sobre su compromiso con las 3R o si esa promesa es falsa. La transparencia es importante tanto en las instituciones privadas como en las universidades públicas.

Las 3R se refieren a reducir el uso de animales, reemplazar a los animales por métodos que no los usen y refinar o mejorar los experimentos en animales para que sean menos crueles. Este enfoque fue publicado por primera vez en 1959 y, al menos en teoría, fue recibido con entusiasmo por quienes experimentan con animales en todo el mundo.

Sin embargo, parece que las universidades están utilizando su supuesto compromiso con las 3R como una cortina de humo para calmar la opinión pública, mientras continúan lastimando y matando monos, cerdos, conejos, ratas, ratones y otros animales en sus laboratorios. Conoce algunos ejemplos:

  • Experimentadores de la Universidad de Cornell colocaron implantes mamarios a ratas hembra de una semana abriéndoles la espalda. Las ratas tuvieron implantes mamarios en miniatura que se movieron, rotaron o voltearon durante 12 semanas antes de que los experimentadores las mataran y diseccionaran. Otros obligaron a unos ratones a beber alcohol durante meses, limitándoles el acceso al agua y sometiéndolos a crueles pruebas de suspensión por la cola y nado forzado.
  • Experimentadores de la Universidad de Yale irradiaron a monas embarazadas y a sus crías en desarrollo, las separaron después del nacimiento y sometieron a los bebés a años de pruebas antes de matarlos y extraerles el cerebro. Otros provocaban sepsis en ratones al abrirles el abdomen, sacarles los intestinos y perforarlos para liberar bacterias (causándoles infección e inflamación graves) antes de matarlos y abrirlos de nuevo.
  • Experimentadores de la Universidad de Columbia abrieron cerdos, les sacaron sus órganos y los trasplantaron a otros cerdos y babuinos. Los cerdos fueron asesinados inmediatamente después de estas cirugías tipo Frankenstein, mientras que los babuinos padecieron coágulos de sangre y rechazo de órganos antes de ser asesinados. Otros investigadores cortaron los pómulos de conejos y les perforaron sus mandíbulas antes de matarlos y diseccionarlos.
  • Experimentadores de la Universidad de Brown abrieron el pecho de cerdos e implantaron dispositivos alrededor de sus arterias para restringir el flujo sanguíneo antes de asesinarlos. Otros experimentadores abrieron el cráneo de monos, les implantaron tubos de inmovilización y los obligaron a completar tareas a cambio de gotas de jugo de fruta. También hubo quienes inyectaron sustancias químicas en ratas bebés durante semanas antes de cortarles los testículos y matarlas.
  • Experimentadores de la Universidad de Dartmouth administraron fármacos a cerdos de pocos meses de edad, les abrieron la cabeza e inyectaron células tumorales para causarles cáncer cerebral antes de asesinarlos. Otros experimentadores inyectaron sustancias químicas en el cerebro de ratas recién nacidas para imitar la esquizofrenia y las obligaron a consumir alcohol y nicotina en exceso antes de matarlas.
  • Experimentadores de Harvard lesionaron a ratones inyectándoles sustancias químicas en las piernas o cortándoles la piel para exponer un músculo y congelarlo con una varilla metálica fría. Luego, los experimentadores obligaban a los ratones a realizar pruebas físicas, como colgarlos boca abajo de un cable para ver cuánto tiempo podían aferrarse con las piernas lesionadas o correr sobre una caminadora a velocidades crecientes hasta el agotamiento, aplicando descargas eléctricas en sus pies para evitar que se detuvieran. Hasta que le retiraron el financiamiento en mayo, la experimentadora de Harvard Margaret Livingstone arrebató a los monos recién nacidos a sus madres y los obligó a usar lentes que simulaban luces estroboscópicas desorientadoras durante los primeros 18 meses de vida, y a otros monos les cosió los ojos.
  • Experimentadores de la Universidad de Princeton perforaron y atornillaron implantes en los cráneos de unos monos, causando daño cerebral. Otros experimentadores inyectaron células madre humanas a ratones y los infectaron con el virus de la hepatitis B y el VIH antes de matarlos y diseccionarlos.
  • Experimentadores de la Universidad de Pensilvania abrieron los cráneos de cerdos bebés, dañaron sus cerebros metiéndoles una varilla, les inyectaron fármacos, les insertaron agujas en la columna vertebral y los mataron. Otros experimentadores enfermaron a monos jóvenes y cerdos bebés antes de matarlos.

Los experimentos en animales son ciencia fallida y no tienen cabida en instituciones de educación superior. Los estudios demuestran que el 90 % de las investigaciones básicas, que en su mayoría involucran animales, no conducen a tratamientos para humanos, mientras que el 95 % de los medicamentos nuevos que prueban ser seguros y eficaces en animales, luego fracasan en humanos.

¡Exígeles a las universidades que lo DEMUESTREN!

¡Por favor ACTÚA hoy y anima a las universidades de la Ivy League a demostrar su compromiso con el principio de las 3R y a avanzar hacia una investigación compasiva y eficaz sin animales!

Después de actuar, verás una forma fácil de compartir esta información. ¡Por favor, invia a cinco amigos o familiares a apoyar esta campaña!

Maurie
McInnis, M.A., Ph.D.
Yale University
Michael I.
Kotlikoff, V.M.D, Ph.D.
Cornell University
Ms.
Christina
Hull Paxson, Ph.D.
Brown University
Christopher L.
Eisgruber
Princeton University
Sian Leah
Beilock Ph.D.
Dartmouth College
Lisa
Bellini, MD
University of Pennsylvania
Angela
Olinto
Columbia University
Rachel
Cahoon
Harvard Medical School

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