Pide al papa León XIV que se pronuncie contra las corridas de toros

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PETA le pide al papa León XIV que se pronuncie en contra de las corridas de toros. La gran mayoría de las personas desea el fin de las corridas, donde el toro, que no participa voluntariamente, no tiene ninguna posibilidad de salir con vida. Sin embargo, decenas de miles de toros son atormentados y asesinados violentamente en las plazas de toros y durante festivales locales cada año. Estos espectáculos espantosos a menudo se llevan a cabo en honor a santos católicos o durante celebraciones cristianas sagradas, y muchos sacerdotes católicos están activamente involucrados en la promoción de esta industria cruel.

La Iglesia Católica y la “tauromaquia”

El papa Francisco escribió en su encíclica Laudato Si': “Cada acto de crueldad hacia cualquier criatura es ‘contrario a la dignidad humana’”. Desde el siglo XVI, el papa Pío V, quien ya ha sido canonizado, prohibió las corridas de toros, las cuales describió como “espectáculos crueles y viles del diablo y no del hombre” y contrarias a la “piedad y la caridad cristianas”. El párrafo 2418 del Catecismo de la Iglesia Católica establece que, “Es contrario a la dignidad humana causar sufrimiento o muerte innecesaria a los animales”; sin embargo, los sacerdotes católicos a menudo ofician ceremonias religiosas en plazas de toros y ministran a los toreros en las capillas de estas plazas. Algunos incluso atacan a los toros en las propias plazas.

La tortura de toros es anticristiana

La “tauromaquia” es un espectáculo sangriento y no cristiano que implica infligir dolor y trauma deliberadamente a unas criaturas de Dios. Los toros son sometidos a una muerte prolongada y agonizante al ser apuñalados repetidamente antes de ser matados con una estocada en el corazón o una daga en la médula espinal. Este asesinato ritualizado no podría estar más alejado de las enseñanzas de Cristo sobre el amor y la misericordia para todos los seres vivos. La Iglesia católica, como custodio de las enseñanzas de Jesucristo, debe tomar una postura contra esta violencia poniendo fin a su apoyo a estos espectáculos crueles.

Por favor, firma la petición al papa León XIV, líder de la Iglesia católica, pidiéndole que ponga fin a la complicidad de la Iglesia con las corridas de toros, un deporte sangriento que no tiene lugar en las celebraciones cristianas.

Su Santidad el papa León XIV: corte los lazos de la Iglesia con la industria de la tauromaquia

Le pedimos que condene las crueles e inhumanas corridas de toros, y que le ponga fin al apoyo de la Iglesia católica. Al hacerlo, honraría el legado del papa Francisco, quien, con más tiempo, seguramente habría dado este paso lleno de compasión. Las creaciones de Dios no deberían sufrir durante horas ni ser apuñaladas hasta la muerte en nombre de santos católicos o durante celebraciones religiosas, y ningún miembro del clero debería respaldar la tortura de animales.

Como declaró el papa Francisco en la Laudato Si': “Cada acto de crueldad hacia cualquier criatura es ‘contrario a la dignidad humana’”. Sin embargo, los vínculos de la Iglesia católica con la industria de la tauromaquia se burlan de las enseñanzas de Cristo sobre la bondad y la compasión.

La tauromaquia es una ejecución ritualizada, en la que se hostiga y apuñala al toro una y otra vez hasta dejarlo débil y sin defensa. Luego, el matador clava una espada en el corazón o en los pulmones del animal. A veces hacen falta varios intentos para matar al toro, y si el matador falla, le cortan la médula espinal con una daga. Suelen cortarle las orejas o la cola y las guardan como “trofeos”.

Santo Padre, antes de que más animales sean torturados de esta manera, por favor comunique a los miembros del clero y a los más de 1.4 mil millones de católicos en todo el mundo que la tauromaquia es contraria a los valores de la fe católica romana y que cualquier asociación con este espectáculo grotescamente cruel debe detenerse de inmediato en nombre de Dios.

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