Experimentadora asusta a aves con sonidos de depredadores y huevos de plástico, ayuda a PETA a detener esto

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Actualización (11 de marzo de 2025): La Universidad Estatal de Luisiana intentó, sin éxito, ocultar los registros públicos que revelan las atrocidades cometidas por la experimentadora Christine Lattin contra diminutas aves, pero PETA luchó por tu derecho a ver la evidencia condenatoria que la escuela intentó ocultar.

El Tribunal Supremo de Luisiana ordenó a la universidad entregar los registros en una sentencia de junio de 2024, apoyando a PETA en nuestra batalla legal de años para ejercer nuestro derecho a la información sobre los experimentos de Lattin financiados con fondos de contribuyentes bajo la Ley de Registros Públicos de Luisiana. La decisión sigue a sentencias previas del Tribunal de Apelación del Primer Circuito y del Tribunal del Decimonoveno Distrito Judicial de Luisiana, que también se pusieron en su mayoría del lado de PETA.

Los videos muestran a aves confinadas en jaulas inhóspitas dentro de lo que parece un armario de escobas, mientras los estudiantes colocan platos de comida que contienen objetos desconocidos, como una sombrilla de cóctel o un huevo de plástico, para ver si las aves superan su miedo a los objetos y comen. Otros documentos detallan negociaciones en la trastienda entre Lattin, su abogado, y un miembro del ayuntamiento de Baton Rouge. Lattin convenció al ayuntamiento de cambiar la ordenanza de protección de aves de la ciudad para permitir la captura de aves silvestres para experimentación, lo que antes era ilegal.

Lattin ha ideado una serie de retorcidas y mortales variaciones de sus experimentos para probar la neofobia, o miedo a las cosas nuevas, logrando inexplicablemente una subvención de un millón de dólares de la Fundación Nacional de la Ciencia para asustar a las aves con luces parpadeantes e incluso cubos Rubik.

Conoce más sobre el caos y la crueldad que PETA expuso en el laboratorio de Lattin y actúa a continuación para pedir a la Universidad Estatal de Luisiana que ponga fin a su ciencia falsa.

Publicación original:
PETA ha obtenido nuevos registros que revelan que la asesina serial de aves Christine Lattin, ahora en la Universidad Estatal de Luisiana (LSU), se ha embarcado en otro capítulo dentro de su esfuerzo continuo por quitarle alegría al mundo en una nueva ronda de experimentos sin sentido en los que asesina y descuartiza aves.

ACTÚA AHORA

Lattin ha atormentado y asesinado aves en experimentos bizarros desde 2008. La montaña de carcasas de aves que dejan sus experimentos ha conducido a "descubrimientos" tan banales como que "a las aves no les gusta el cautiverio", y "las aves creen que el aceite crudo sabe asqueroso".

Que sus experimentos sádicos no hayan contribuido a la promoción de la ciencia, sin embargo parece no ser importante para la Junta de Regentes de la LSU, que la premió con más de $117.000 para atormentar y asesinar a 184 gorriones capturados en la naturaleza durante un período de tres años que comenzó en junio de 2019.

En los últimos experimentos de Lattin, capturará y pondrá anillos con transmisores de identificación digital a gorriones lo suficientemente desafortunados como para elegir criar a sus bebés en pajareras en la Escuela de Agricultura de la LSU. Después de liberarlos, un grupo será atormentado con sonidos de un predador, como un halcón, mientras que el otro oirá sonidos más agradables, como aves no predadoras o ranas.

Al final de la estación de reproducción, Lattin capturará a todas las aves y sus bebés. Los matará a todos. Los decapitará y examinará su tejido cerebral. Buscará cambios en un gen particular, provocados por los sonidos de los predadores y los comparará con el grupo control.

En otro experimento, Lattin capturará decenas de gorriones e inyectará esteroides sexuales a 20 machos y 20 hembras durante una semana, antes de realizar la misma rutina de predador/no predador en ellos. Estas aves padecerán el mismo destino que las otras.

Esto es lo que se hace pasar por ciencia y, desafortunadamente, sigue la línea de la crueldad previa de Lattin, que incluyó alimentar a las aves con aceite crudo, herirles las piernas, arrancarles una gran cantidad de plumas y causarles estrés y temor confinándolas en bolsas de tela y dándoles fármacos que dañan sus glándulas suprarrenales.

Los gorriones son uno de los pájaros cantores más extendidos y abundantes en el mundo actual. También son monógamos y, por lo general solo se reproducen con una pareja durante una temporada, y ambos sexos participan en la incubación y la alimentación de sus crías. En realidad, la ciudad de Baton Rouge, donde se encuentra la sede de la LSU, es considerada un santuario de aves donde está prohibido acosar y atrapar aves. Los experimentos de Lattin parecen violar la voluntad de los residentes de Baton Rouge al respecto de que las aves sean protegidas y no les hagan daño.

Lattin no debe continuar con su reinado de terror en las aves silvestres. Matar a estos seres sensibles y confiados, quienes han elegido vivir en gran proximidad con los humanos, es injusto y está mal.

Por favor, toma acción a continuación e insta a la LSU a que ponga fin a su crueldad.

William
Tate
Louisiana State University

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